Metales pesados y residuos toxicos

Aquellos minerales que tenemos en nuestro organismo sin que cumplan una función específica en el cuerpo, son los que conocemos como metales tóxicos, y son de hecho dañinos. Es decir, son minerales que están en el lugar equivocado, ya que nuestro cuerpo no los necesita.

Evitar que entren a nuestro organismo es casi imposible. Hoy por hoy estamos expuestos a los niveles más altos de plomo, mercurio, arsénico, aluminio, cobre, estaño de toda la historia de la humanidad.

Cuando los metales entran a nuestro organismo se tornan persistentes y acumulativos.

Muchas sustancias orgánicas son degradables por procesos naturales, sin embargo ningún metal es degradable, entran para quedarse por largo tiempo.

Entre los metales pesados los más importantes en cuestión de salud son el mercurio, el plomo, el cadmio, el níquel y el zinc.

Vamos a tratar de desarrollar un método de desintoxicación con remedios naturales muy eficaz.

 

 

Ajo

 

Se ha comprobado que cuando eliminamos el mercurio del cuerpo los otros metales tóxicos también se van, debido a la liberación del transporte axional en las células nerviosas. Dentro de estas células el mercurio está destruyendo los microtúbulos, inhibiendo así la eliminación de toxinas y otros residuos.

Por eso quiero tratar especialmente el MERCURIO, que además es el metal tóxico más estudiado.

Las fuentes principales del mercurio son las siguientes:

 

-El pescado (a causa de la contaminación de los mares);

 

-Los insecticidas perfumados (para cucarachas, zancudos, mosquitos etc), que contienen normalmente uno o dos metales pesados, que se cuelan en la cadena alimentaria;

 

-El agua “potable” (tenemos que suponer que toda el agua contiene tóxicos a menos que se haya comprobado mediante análisis lo contrario);

 

-Algunos medicamentos especialmente los que regulan la alta presión sanguínea y las vacunas (utilizan un conservante mercurial como el Timerosal)

 

-El aire contaminado por la industria y los coches (por la tecnología de combustión).

-Otra fuente de mercurio muy importante es el traspaso de la madre al feto a través de la placenta y al bebé a través de la leche materna por procesos hormonales. Mediante estos procesos la madre traspasa del 40 al 60% de su carga al niño.

 

-Pero la cantidad más grande entra en nuestros cuerpos por los empastes de los dientes (calzas). La amalgama usada en éstos contiene normalmente un 50% de mercurio.

¿Qué es la amalgama?

 

El relleno de amalgama gris-metálico se elabora mezclando mercurio líquido (porción del 50%) con un polvo de aleación. Este polvo se compone casi siempre de estaño, cobre y plata

¿Cuál es el camino que recorre el mercurio desde el empaste al cuerpo?

Siete empastes (calzas) de amalgama corresponden a un peso de unos 2 gramos de mercurio puro.

 

Tan solo un gramo de mercurio conduciría a la muerte por inyección directa. Sin embargo, soportamos esta gran cantidad de mercurio porque en primer lugar está en su forma metálica, que relativamente es poco tóxica y en segundo lugar porque se disuelve y es absorbido por el cuerpo lentamente.

A solo 20 grados centígrados el mercurio se evapora y en esta forma de vapor es altamente tóxico. Al existir en la boca a veces temperaturas entre 40 y 60 grados, continuamente se libera vapor de mercurio y es absorbido por el cuerpo. Esta liberación de mercurio aumenta por masticar fuertemente, por usar pastas dentífricas con fluor, comidas y bebidas calientes o ácidas, fumar y masticar chicles.

Pero no solo el mercurio, también los demás componentes de la amalgama contaminan el cuerpo.

 

Pero el problema principal sigue siendo el mercurio. Porque cada persona ingiere anualmente unos 560 mg de mercurio a través de sus empastes y con esas dosis pequeñas pero prolongadas se sufre la misma gravedad de intoxicación que con intoxicaciones agudas o en corto plazo.

El mercurio llega al cuerpo a través de los siguientes tres caminos:

 

1. Desde la cavidad bucal y nasal llegan vapores de mercurio a la circulación sanguínea y a través de los nervios directamente al cerebro.

 

2- Se sabe que después de comer el nivel de mercurio en la sangre sube en las personas que tienen empastes con amalgama, porque se sueltan iones de mercurio. Éstos primero son absorbidos por la saliva y a través del sistema digestivo llegan a la sangre. Si esta saliva fuese agua estaría prohibido su consumo.

Muchas veces, por lo menos dos horas después de comer, personas con 8 empastes tienen de 100 a 200 veces más mercurio en el aire de exhalación de lo que está permitido en instalaciones industriales. Estos vapores se ingieren parcialmente a través de las vías respiratorias. Así pasan también a la circulación sanguínea, donde se transforma una parte del vapor de mercurio en óxido de mercurio, una forma del mercurio aún más tóxica que el vapor. Y puesto que órganos como el hígado, la bilis, el corazón y el riñón trabajan como un filtro sanguíneo, es aquí donde se almacena principalmente el metal tóxico.

El cerebro tiene una barrera protectora que impide que muchas sustancias tóxicas la atraviesen, al tiempo que permite el pasaje de nutrientes y oxígeno.

De no existir esta barrera muchas sustancias nocivas llegarían al cerebro afectando su funcionamiento y tornando inviable al organismo. Esta es la barrera hematoencefálica.

Pues bien, el nefasto mercurio traspasa sin dificultad la barrera hematoencefálica y llega así directamente al cerebro, perturbando en su camino esta barrera, por la cual a partir de allí pueden entrar otras toxinas o metales, que normalmente no podían entrar.

 

Esa es la mayor maldad o perversidad del mercurio, que no solamente afecta al cerebro sino que lo deja desprotegido, vulnerable a la acción de otros tóxicos.

Casi todas las enfermedades del sistema nervioso conocidas no están provocadas primariamente por el mercurio en el cerebro, sino por los otros venenos e infecciones secundarias que llegan al cerebro por la ya defectuosa barrera hematoencefálica.

Eso quiere decir que para tratar enfermedades neurológicas es imprescindible quitar el mercurio para estabilizar el funcionamiento de la barrera hematoencefálica, inhibiendo así la entrada de sustancias patógenas.

En unos estudios se han puesto empastes marcados con sustancias radioactivas a unas ovejas y a unos monos para ver donde se queda el mercurio. Después de 4 semanas se encontró este metal en los riñones, el hígado, las glándulas renales, el tubo digestivo, el hipotálamo, la hipófisis, el sistema límbico (el de las emociones), la tiroides, los ganglios espinales, la médula espinal y en el cerebro.

Después de 6 meses el funcionamiento de los riñones se había reducido en un 60%. Un año más tarde no se había reducido la carga de mercurio, al contrario, esta había aumentado. Después de quitar los empastes tampoco se reducía la cantidad. Esto significa: una vez envenenado – siempre envenenado.

¿Qué consecuencias tiene el mercurio en el cuerpo?

Al principio el cuerpo intenta acabar con el mercurio, si sus anticuerpos no están ya destruidos por otros tóxicos ambientales. La gente que posee un alto nivel de selenio es capaz de soportar el ataque continuo del mercurio durante más tiempo.

Científicos suecos descubrieron que un alto nivel de selenio acelera la excreción natural del mercurio. En primer lugar, el selenio contrarresta al mercurio como un elemento de enzima. En segundo lugar forma con el metal tóxico una combinación no tóxica. De esta forma queda desactivado no solo el mercurio sino también el selenio.

Pero con el tiempo el nivel de selenio baja y el mercurio puede desarrollar su acción en el cuerpo cada vez más. Numerosos estudios confirman que el mercurio perjudica y bloquea determinadas hormonas, receptores y enzimas.

Así se perturba principalmente el metabolismo en el cerebro, los nervios, las proteínas, grasas, hidratos de carbono y vitaminas. Esto se refleja en múltiples enfermedades que el "médico clásico" normalmente no se puede explicar, pues en la formación de los médicos las intoxicaciones apenas tienen importancia.

El mercurio también ataca al sistema inmunitario, así que hongos (p.ej. candida), virus y bacterias pueden extenderse muy fácilmente. La consecuencia: aún más enfermedades. Puesto que el mecanismo natural de desintoxicación esta paralizado no se pueden excretar otras sustancias nocivas de nuestro entorno que absorbemos involuntariamente cada día (barniz de madera, formaldehído, plomo, cadmio) y se almacenan en el cuerpo.

Los siguientes son los síntomas principales de la intoxicación de mercurio:

 

§ Efectos psíquicos:

Ansiedad, instabilidad emocional, timidez, síndrome de cansancio (crónico), disminución de la memoria, alteración del sueño, depresiones, tendencia al suicidio, pérdida de confianza en si mismo, negatividad, nerviosismo, falta de estímulos, falta de energía, pasividad, adicciones, indecisión, excitabilidad, epilepsia, hiperactividad de los niños, autismo, disminución de la capacidad de reacción, esclerosis múltiple, parkinson, alzheimer.

Síntomas de enfermedades que hoy en día siguen siendo interpretados como psicosomáticos - y esto después de 160 años de experiencia con amalgama. …

§ Efectos físicos:

Manos y pies fríos, sudor durante la noche, dolores crónicos, dolores de cabeza, perdida de apetito, peso alto o bajo, herpes (no hay herpes sin mercurio.), alzheimer (mercurio + aluminio) perturbaciones de la fertilidad, estreñimiento, problemas de las articulaciones (dolores), pérdida de pelo, impotencia, artritis, sabor metálico en la boca, debilidad general, resistencia a antibióticos, anemia, asma, tensión sanguínea alta, eczemas en la piel, perturbaciones hormonales, colesterol alto, problemas de audición, problemas de visión, susceptibilidad a infecciones, enfermedades del hígado (funcionamiento limitado), enfermedades de los riñones (funcionamiento limitado), dislexia, palpitaciones de la boca, neurodermitis, dolores de espalda, debilidad del sistema inmunológico, temblor de las manos, sangrado de encías, ulceras en la boca, glaucoma, enfermedades del intestino, enfermedades del estómago, arritmia cardiaca, sensibilidad a comestibles, enfermedades virales, enfermedades de hongos, candida, lupus, alergias, perturbaciones en el funcionamiento del tiroides, vértigo, transpiración abundante, ciática (dolores constantes), lumbago, colitis, cáncer, enfermedades de las glándulas suprarrenales, reuma, rechinamiento de los dientes, crohn…

 

DESINTOXICACION.

 

Para la desintoxicación, debemos hacer lo siguiente:

 

1- Hacer que el paciente, remueva todos los empastes de amalgamas que tenga en la dentadura y sean reemplazados por resinas. Debe acudir a un odontólogo que acepte los daños que el mercurio produce en el cuerpo (hay muchos todavía que no lo aceptan) para que haga una verdadera limpieza y no proceda con el criterio de que es cuestión de cosmética.

 

2- Después se procede a la desintoxicación:

 

2.1 - Con Remedios Naturales, como el alga chlorella, el cilantro y el ajo.

La chlorella tiene dos efectos: moviliza metales pesados y radioactivos y otras toxinas de los espacios extracelulares, para echarlas después del cuerpo con las heces.

El cilantro es capaz de movilizar muchos tóxicos del espacio intracelular, especialmente de las células nerviosas y de los huesos.

Estudios recientes con animales demuestran que el cilantro efectúa una movilización rápida de aluminio y plomo del cerebro y del esqueleto, superior que con cualquier otro remedio. Aunque el animal fue envenenado constantemente con aluminio el contenido de este metal en los huesos disminuía significativamente durante el periodo de observación.

 

 

 

Tintura de Cilantro (Qisoma)

Las propiedades del cilantro

El cilantro (coriandrum sativum L), hierba de la familia de las apiáceas, contiene polifenoles, sustancias que, entre otros beneficios, ayudan a reducir los niveles de glucosa en la sangre, además de ser quelante de los metales pesados. Dichos polifenoles actúan como agentes “secuestradores” orgánicos de los metales pesados

 

El cilantro se utiliza como quelante de metales pesados para personas intoxicadas con mercurio o plomo, de modo que los polifenoles del cilantro actúan como secuestradores de esos elementos dentro del organismo, incluyendo aquellos que se depositan en el cerebro, a diferencia de los fármacos que sólo tienen capacidad para quelar metales pesados del torrente sanguíneo, pero que no actúan sobre los que se albergan en dicho órgano vital

Lo anterior significa que los polifenoles del cilantro son agentes secuestradores biológicos más eficientes, cuyo alcance para depurar el organismo es mucho mayor.

Para una eliminación de las toxinas movilizadas por el cilantro es imprescindible tomar también la chlorella en cantidades suficientes para inhibir una reabsorción de las sustancias liberadas.

 

El ajo protege las células rojas y blancas de la sangre contra daños por oxidación, provocados por los metales pesados en su camino hacia fuera. También tiene propiedades de desintoxicación. Además el ajo contiene el mineral más importante en la protección contra la toxicidad del mercurio: el selenio bioactivo. Es muy importante dosificar estos productos correctamente para inhibir la reabsorción de las toxinas, que puede provocar un empeoramiento de diferentes patologías.

 

2.2- Con Desintoxicación iónica:

 

 

Detoxicador Ionico

Se hace mediante un equipo que estimula el cuerpo con corrientes eléctricas de baja frecuencia al mantener los pies en un recipiente con agua, en el cual se introducen los electrodos el equipo, para producir electrolisis. Ver la figura abajo.

 

A través de breves sesiones de desintoxicación "de 30 minutos", salen de los tejidos orgánicos: tóxicos, grasas, residuos, metales, minerales; limpiando órganos como páncreas, riñón, hígado, vesícula, corazón, pulmones, sistema reproductivo de las mujeres como de los hombres, ácidos lácticos, ácidos úricos, carbónicos, hepáticos, grasas, azucares, nicotina y residuos nocivos.

Fuentes comunes de metales tóxicos

§ Aluminio – batería de cocina, bebidas enlatadas, agua de grifo, sal de mesa, polvo de hornear, antiácidos, queso procesado, antitranspirantes, harina emblanquecida, vacunas , otros medicamentos y exposición ocupacional.

 

§ Arsénico – pesticidas, cerveza, sal de mesa, agua de grifo, pinturas, pigmentos, cosméticos, fabricación de vidrio y espejos, fungicidas, insecticidas, madera tratada y comida contaminada.

 

§ Berilio – aire contaminado (quema de combustible fósil), fabricación de plásticos, electrónicos, aleación de acero y ceniza volcánica.

 

§ Cadmio – cigarrillo (tabaco y marihuana – mota en México), alimentos procesados y refinados, peces grandes, mariscos, agua de grifo, exhosto del auto, vasijas de metal, tubos galvanizados, aire contaminado por incineración y exposición ocupacional. Reemplaza al Zinc en las arterias causa inflamación, endurecimiento de las arterias e hipertensión.

 

§ Cobre – tubos para el agua de cobre, cobre añadido al agua de grifo, pesticidas, piscinas (albercas), dispositivos intrauterinos, dietas vegetarianas, amalgamas dentales, suplementos nutricionales (especialmente vitaminas prenatales), píldoras para el control natal, glándulas adrenalinas débiles y exposición ocupacional.

 

§ Plomo – agua de grifo, fumar cigarrillo, pinturas para el cabello, tintas, coberturas metálicas, residuos de pesticidas y exposición ocupacional en la fabricación de baterías y otras industrias. Reemplaza al calcio en los huesos y contribuye a la debilidad ósea y la osteoporosis

 

§ Mercurio – amalgamas dentales, peces grandes, mariscos, medicamentos, contaminación del aire, fabricación de papel, cloro, adhesivos, suavizantes de ropa y ceras.

 

§ Níquel – aceites hidrogenados (margarinas, mantequilla de cacahuate y grasa para pastelería), mariscos, aire contaminado, humo de cigarrillo, metales y exposición ocupacional

 

§ El Hierro y el Plomo, que reemplazan al Zinc y a otros minerales en el páncreas, glándulas adrenalinas y otros lugares, contribuye a la diabetes. El Cobre, que sustituye al Zinc, al Magnesio y a otros minerales esenciales en el cerebro, está asociado con la migraña, síndrome premenstrual, la depresión, la ansiedad y los ataques de pánico y mucho más.

 

 

§ El Mercurio y el Cobre, que sustituyen al Selenio en varios tejidos, impiden la conversión de T4 a T3, contribuyendo a desequilibrios de la tiroides.

 

Ver artículo sobre LA ZEOLITA en este mismo Blog

 

VIDEO SOBRE EL MERCURIO

 

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